Sala 6. MITOS

"LOS MITOS ESTÁN HECHOS PARA QUE LA IMAGINACIÓN LOS ANIME"
Albert Camus
EL NUBERU
Los asturianos lo han imaginado como un ser poderoso que controla las tormentas. Dirige los vientos, los rayos, los truenos y las lluvias cual si fuera el director de orquesta de las tempestades. Y parece ser que es un gran músico. Toca con gran maestría la caja de los truenos. Los nuberos actuales, prefieren llamarse «gestores de fenómenos meteorológicos».
EL CUÉLEBRE
Los que aseguran haberlo visto, lo describen como una especie de dragón que habita en profundas cuevas donde custodian inmensos tesoros. Los cuelebrólogos afirman que estos seres viven ahora en las ciudades, llevan siempre un lujoso maletín de piel de dragón y siguen custodiando tesoros que protegen con auténtica fiereza en inmensas cajas fuertes situadas en el interior de enormes edificios fortificados.
EL DIAÑU BURLÓN
El diañu burlón es un personajillo al que le gusta burlarse de la gente. Es un diablillo muy bromista que no suele hacer  daño a las personas, pero que sí puede resultar, por repetir con frecuencia las mismas bromas, cargante, molesto y pesado. Quien haya leído hasta aquí seguro que conoce a alguien que responde a esas características, pero que nadie diga nombres, por favor, pues estamos hablando de un ser imaginario.
EL BUSGOSU
El busgosu es el señor del bosque. Es su mejor protector. Si ataca a cazadores y leñadores, como algunos han afirmado, es porque los ve como destructores de los animales y de los árboles. Este personaje es el primer defensor del más preciados bien que tenemos en Asturias: nuestra naturaleza. Puede decirse que el busgosu es un bosque que camina.
EL TRASGU
Voy a intentar hablaros del trasgu, pero no estoy seguro de conseguirlo, pues anda saltando sin parar por encima del teclado de mi ordenador y me temo que en cualquier momento me va a interrumpir. El trasgu es otro de los mitos asturianos que…
–No digas tonterías. Yo soy real, no un ser creado por la imaginación. Te estoy hablando a ti, ¿no?, por lo tanto existo.
–Perdona, ¿no será que yo estoy imaginando que tú me estás hablando?

LAS XANES
Las misteriosas xanes son las hadas que con más frecuencia pueden verse en Asturias. Se encuentran en peligro de extinción. Muchas viven ya en las ciudades. Tienen un aspecto moderno y dinámico. Luchan por sobrevivir tratando de alentar la imaginación, la única capacidad que puede salvarlas a ellas y a los humanos.
LAS BRUJAS
¿Qué nombre reciben esas ancianas feas, arrugadas, malolientes, malhumoradas, que poseen poderes secretos, visten de negro, elaboran pócimas mágicas, van acompañadas de gatos negros, usan gorros picudos y vuelan en escobas? Pero, ¿son de verdad como las pintan?


EL PATARICU
Tras minuciosas investigaciones, hemos llegado a la conclusión de que el pataricu es un cíclope, un gigante de complexión muy fuerte, sí, pero de piernas cortas y desproporcionadas con respecto a su cuerpo. Posee un solo ojo, es cierto, pero también, y este es todo un descubrimiento que no se había mencionado hasta ahora, tienen una sola oreja de tamaño descomunal.
  
EL HOMBRE DEL SACO
El hombre del saco es, en realidad, un agente especial al servicio de los padres que no saben cómo tratar a sus hijos. A él le toca realizar el trabajo sucio de asustar a los más pequeños. Así se gana la vida.

EL CHUPASANGRES
A estos vampiros, más que por sus pronunciados colmillos, que no siempre muestran, los podemos reconocer por los efectos que nos producen si los padecemos. Si alguien pasa un tiempo con uno de estos succionadores, empieza a notar que le cuesta hablar, que le falta el aire, que le desaparece la alegría. Habría que llamarlos chupaenergías, porque nos dejan desinflados, exhaustos, sin fuerza y casi sin vida.
EL COCO
En algunas de las dulces nanas que cantaban las madres para dormir a sus bebés, aparece este siniestro personaje: Duérmete, hijo de mi alma,/ duérmete un poco, porque si no te duermes,/ llamaré al coco.
¿Quién es en realidad el coco? Digámoslo sin tapujos. Es hijo de doña Amenaza y de don Sinó. Ellos lo trajeron al mundo a petición de los adultos que querían asustar a los niños que no cumplían sus órdenes.

LOS ESPUMEROS
Contemplad
a esas burbujas
saltarinas,
regalando
sonrisas
cristalinas...
LA SANTA COMPAÑA
¿Por qué a la Santa Compaña o Compañía o Guestia se la ha presentado siempre como una tétrica procesión de almas en pena arrastrando una tristeza sin límites? Es más coherente pensar que quienes se juntan en la Santa Compañía lo hagan para celebrar la alegría. Y en sus reuniones de regocijo, ni siquiera hace falta que nadie porte el espejo del alma, es decir, su rostro. Sólo tiene que traer el cuerpo que esa noche le apetezca.